Actualidad rabiosa.    
     
(Por Ludovic Carlsson Svenson, "Cegatito de San Bernardo").    
 

Sevilla, 14 de julio de 2007. Asisto al ciclo de conferencias que organiza la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en el que intervienen destacados personajes del mundo de la ciencia y la cultura. Entre los ponentes ha destacado el joven riojano (tan sólo 23 años) Daniel Melguizo "Melgibson", de Arnedo, experto en informática y buen aficionado al toreo. Melgibson ha cosechado un gran éxito con su conferencia titulada "Soy informático, pero intento salir del pozo", en la que explica la cruda realidad de su profesión, en la que abundan los seres más siniestros que pueda imaginarse. Como Melgibson es buen amigo de Revillita y su cuadrilla, no he querido dejar pasar la oportunidad de hacerle una entrevista para que ustedes conozcan un poco más sobre este singular personaje.

- Amigo Melgibson, tu conferencia ha concienciado a muchas personas sobre la desgracia de ser informático, me imagino que tu vida ha sido durísima teniendo que soportar semejante fatalidad.

- Así es Cegatito, no sabes cuántas veces me he tenido que esconder para que no me calentasen el lomo. Y no te digo cada vez que le jodía el ordenador a alguien.

-¿Cuándo decidiste que serías informático?

 - No me acuerdo exactamente, pero tendría unos catorce años. Como me pasaba todo el día jugando con la Play y se me daba bastante bien, pensé que me podría defender en esto de los ordenadores. Además, es que yo no sirvo para nada, y eso también ayuda.

- ¿Cómo se lo tomaron tus padres? Imagino que les costaría encajarlo.

 - Figúrate, ellos son personas serias y honradas, y de sopetón, escuchan que un hijo suyo quiere ser informático... la verdad es que el impacto emocional fue tremendo, y aunque hacen lo posible por remontar, veo que les cuesta.

- Comprendo, con los esfuerzos que ellos habrán hecho para darte una educación, y tú les sales un bestiajo irreparable, con perdón.

- Ellos hubieran preferido verme trabajar en algo normal, como portero de discoteca, mercenario, ladrillero, etc. Pero, Cegatito, si mi destino es ser informático, qué le voy a hacer.

 

- A tus amigos tampoco les haría ninguna gracia, supongo.

- Lo cierto es que les sentó como una patada en el estómago, durante mucho tiempo estuvieron enfadados conmigo y me hacían de rabiar.

- La verdad es que los de tu gremio tenéis fama de cabestros.

- Una fama bien ganada, pero no siempre es así. Yo tengo varios amigos informáticos y son bastante despiertos. Por ejemplo, uno de ellos prepara unos bocatas de chorizo estupendos, aunque es cierto que a veces se olvida de poner el pan.

- Es un detalle menor que no ensombrece su labor, no siempre se puede hacer todo perfecto.

- Otro sabe limpiarse el culo con las dos manos. Es un fenómeno, le hice varias fotos con el móvil, si quieres te las enseño.

- Déjalo, gracias, no me gustan los tonos sepia. Melgibson, hoy día no funciona casi nada si ocurre cualquier fallo en los sistemas informáticos. Supongo que eso os genera unos niveles de tensión bastante difíciles de sobrellevar, porque un error vuestro puede provocar grandes pérdidas económicas.

- No te creas. Como nadie ve lo que pasa dentro de los ordenadores, dices alguna palabreja rara y la gente no pregunta más. Yo, cada vez que fastidio algo, suelo decir que ha ocurrido una estornición en el controloador de edelmiros, y ya no me molesta nadie. Se van a jugar al fútbol o echar unas cervezas.

- Qué grande es mi España, con esa gente siempre dispuesta a asumir los errores sin mirar atrás ni pedir cuentas al compañero.

- Más me vale.

- Hace poco recibiste una oferta muy tentadora de Microsoft, nada menos.

- Sí, me llamó el dueño de la compañía, Bill Cosby, para proponerme trabajar en unos programas antivirus, pero decliné la oferta porque pretendía que me fuera una temporada a vivir a Los Ángeles, y eso no me interesa nada. Si yo salgo de Arnedo, que sea para ir a un sitio de categoría, si no, no me muevo.

- Muy bien, yo haría lo mismo, y eso que no soy informático.

- Es que tú tienes mucho mundo, Cegatito. Yo te sigo mucho.

- Gracias. Dime si estás participando en el desarrollo de algún programa.

- Sí, estoy desarrollando una aplicación para controlar el semáforo de Lepe.

- ¿Y qué tal vas?

- Voy avanzando, aunque no es fácil, porque tiene tres colores y eso complica la programación. Si fuera en blanco y negro, ya lo habría terminado, seguro.

- Cuando yo era joven la tele era en blanco y negro, pero creo que no había semáforos porque tampoco había coches.

- Igual los tenía prohibidos Franco, he leído que ese señor era muy estricto y no dejaba ni endrogarse ni nada.

- Se nota que eres muy joven, Melgibson, para que lo sepas, con Franco tenías que pedir permiso hasta para votar a los comunistas.

- Con tanta disciplina, supongo que lo pasabais bastante mal.

- Pues sí, la vida era muy dura, aunque debo reconocer que en aquella época no fallaban los sistemas informáticos.

- Estarían prohibidos.

- Posiblemente. Melgibson, tu profesión me parece muy exigente desde el punto de vista humano, tantas horas frente al ordenador, sin tener contacto con otras personas. Háblame de la soledad del informático.

- Cegatito, como suele decirse, has puesto el dedo en la hemeroteca. En efecto, para trabajar en esto, debes abstraerte de todo lo que te rodea y concentrarte totalmente en la aplicación que estás desarrollando. Yo me aíslo de tal manera del entorno que pierdo la noción del tiempo y puedo estar veinte minutos seguidos sin bajar al bar a echar unos pinchos y unas cañas.

- Pues debes vigilarlo, porque el exceso de trabajo acaba pasando factura. Ahí tienes a Pocholo, sin ir más lejos.

- Tienes razón, últimamente procuro medirme. Cuando veo que me estoy obsesionando demasiado con un trabajo y no me sale, lo grabo, se lo envío al cliente y cobro la pasta como si estuviera terminado. No es bueno estancarse.

- El informático, ¿nace o se hace?

- Más bien, degenera.

- ¿Qué cualidades debe tener un buen informático?

- Ninguna, si no, se dedicaría a algo útil, lógicamente.

- Entendido, ¿cuáles son las reglas básicas de tu profesión?

- Hay dos reglas fundamentales. Primera,"si tiene teclas y monitor, seguro que lo acabas jodiendo".

- Ésa la entiendo perfectamente. ¿Cuál es la otra?

- La otra es la segunda.

- Muy bien, a ver si me la dices y quedas como un lumbreras, bonito.

- Segunda regla, "instalar programas piratas está prohibido por la legislación vigente, por tanto, procura cobrar siempre en dinero negro."

- Eso está muy bien pensado, verás como se enteren los dentistas y te empiecen a copiar...

- Lo dudo, los médicos tienen mucha ética y no les importa pagar impuestos.

- Cambio de tercio, ¿cómo conociste a Revillita y su cuadrilla?

- Fui a una conferencia sobre Biotecnología y Sostenibilidad, pero como aquello me importaba un pito y vi que en la sala contigua daban una charla Fofito y Miliki, entré a escucharles. Allí estaba Revillita con su gente, porque son grandes seguidores de los payasos. Empecé a hablar con Enanito, Revillita, Pargen, Expertillo, etc. y congeniamos. Buena gente esos cabrones.

- Varios de ellos podrían ser informáticos perfectamente.

- Tienen cualidades de sobra, sí.

- ¿Qué destacarías de ellos?

- Sobre todo, son gente muy sencilla, no se dan importancia. Luego me ha impresionado su valor. Tuve ocasión de ver en vídeo la dramática cogida de Pargen del año 2006 y me impactó. Ver a ese Pargen emergiendo de la tierra, cómo cogió por las patas al toro y lo levantó a pulso mientras le hacía una limpieza de bajos con el cuero cabelludo... aquello fue impresionante, me dejó marcado.

- A Pargen también.

- No tanto, sigue teniendo las mismas ganas de leer estadísticas.

- Aunque seas informático, supongo que tendrás aficiones como cualquier persona normal.

- Sí, tengo varias. Por ejemplo, me gusta mucho la poesía, incluso hago mis pinitos. Precisamente ayer escribí un poema de temática social, ¿quieres que lo recite?

- Ardo en presencia de oxígeno.

- Dice así:

“Porque aparqué en zona azul
y me se olvidó de poner el ticket,
me han clavado treinta euros de multa.
Oh, congoja,
desesperada e hiriente,
no sufras,
cuando coja al mamón del peto verde,
le voy a poner la cara del revés,
del revésmente,
mi amada congoja,
a ese cabrón me lo cargo.”

- Pensarás que soy un blando, pero tu poesía me ha emocionado, sobre todo la parte en la que hablas de matar al indeseable. Es de un lirismo estremecedor.

- Cegatito, no te avergüences de ser un hombre con sentimientos, gente como tú es la que engrandece a nuestro país, siempre que no acabes en la furgoneta de Locomía, claro.

- Jodío Melgibson, sabes cómo llegar al corazón del lector. Te auguro un brillante porvenir en el mundo literario, ya lo verás.

- Ojalá aciertes, porque escribir poesía me gusta casi tanto como pinchar las ruedas a las ambulancias.

- Tienes fama de ser bastante ligoncete, pillín.

- Me ha costado, Cegatito, me ha costado. Pero últimamente ligo bastante porque no les digo a las chicas que soy informático, antes no había manera.

- Normal, sus madres les enseñan muy bien con qué clase de sujetos no deben juntarse.

- Porque quieren lo mejor para ellas, como es lógico.  

- Si te parece, voy a hacerte unas preguntas cortas tipo test, para ver si estás como una cabra o más bien como un cencerro.

- Encantado, me hace mucha ilusión contestar chorradas.

- Melgibson, dime un personaje histórico.

- Torrebruno.

- Un continente.

- Donde están los camellos  y todos esos putos bichos.

- Una pasión.

- Tocar la balalaica. Aprendí en Algete.

- Una pesadilla.

- Encontrarme con Asesino Pelines.

- Una droga.

- La fabada Litoral.

- Un coche.

- El coche fantástico. Tiene muchos botones y habla, qué maravilla.

- Una mujer.

- Cualquiera de las que se liga Gran Otilio.

- Tu mayor éxito.

- Cuando le instalé el tendedero a mi madre y no rompí nada.

- Tu plato favorito.

- El croissant con puerros. Delicioso si lo acompañas con un tinto joven.

- Un día para olvidar.

- El día en que mi madre estrenó el tendedero.

- Una causa que defender.

- Los números primos.

- El fin de semana perfecto.

- Cuando me pillo la baja el lunes, noto que me cunden más.

- Una canción.

- Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat.

- Pensaba que era de Chiquetete.

- Te confundes con el Rock de la cárcel, creo.

- Es posible. Dime un invento.

- El chupa-chups. Es barato y no suele tener averías, creo que está muy logrado.

- ¿Qué te llevarías a una isla desierta?

- Mucha gente.

- Ya estoy jarto.

- Yo también.

(Fin).